la reflexión a propósito de los finales se ha convertido en los espejos del caleidoscopio, y yo ya no quiero seguir siendo piedra de color y seguir reflejándome en el vacío...
la reconstrucción con morteros, bloques cerámicos y tejas árabes ya había empezado, pero ya ha llegado la inversión total... los cimientos estaban preparados... ahora solo queda construir y levantar una casa, piedra a piedra, con estructuras redondas para que no se acumule la mugre en los malditos rincones... con techos altos para que le sobre espacio a la intensidad... con ventanas grandes para que cuando se pierda la perspectiva, la luz del sol te guíe... la teja árabe hará que se pueda recoger el agua para las temporadas de sed... y los muros de sillares volcánicos la aislarán de temperaturas y humedades que todo lo pudren, hasta los huesos...
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