como si de una maldición se tratara,
a los labios les cayó la censura encima
directa
aplastándolos, como si con sillares...
... obligándolos a ser puros/putos lanzadores de palabras esféricas y enfrascadas en los besos que no iban a existir...
el ímpetu de estos labios se desató e incluso trabajaron en fin de semana,
pasaron las mañanas soleadas divisando los primeros rayos del sol entre el sudor y el sueño...
pasaban esos labios silbando las notas de las melodías que hubieran querido expresar o expulsar a lengüetazos...
la boca quedó fría,
aún a pesar del vino y la tarta de naranja sefardí...
los gajos de mandarina fueron los más besados este fin de semana...
y las fotos que ocultan tras las sombras estudiadas y aprendidas,
y tras esos sombreros invernales calllejeros...
oculto tras mis labios ha quedado mi misterio, mi desvelo...
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