... calores ...

... esta ciudad no es amable en agosto ... no es amable, no te deja tranquila, no te deja sudar, no te deja dormir, no te deja pasear hasta que se va el sol, y ni eso ... 40 grados a la sombra ... a la sombra de la noche también ... la gente anda trastornada ... se ven caras pálidas, aunque morenas por el sol ... ojeras andantes, con patas ... bajas tensiones que impiden las altas pasiones ... y si no podemos dormir habrá que aprovechar las noches para producir, para contemplar, para leer, para beber litros y litros de agua (o de gazpacho si has tenido valor al llegar a las 3 del curro de ponerte a prepararlo) ... pero después, cuando llega otra vez el día, tu cuerpo empieza a pedirte que le compenses el déficit de sueño que le dejaste la última noche ... ayer, "paseando" por la tarde por las calles ardientes me pasó algo ... tres personas, que no se conocían entre ellas, y a las que yo tampoco conocía, me saludaron, en distintos momentos del "paseo" de manera muy familiar; mi cara de extraño y de confusión les dejaron claro que no los reconocí en ningún momento; después me quedé pensando si era el efecto del calor en el asfalto el que hace tener alucionaciones callejeras al homo urbanis, o quizá, que algunos días he andado tan descontrolada (entiendase descontrolada como alguien fuera de control por exceso de actividad cerebral) que quizá en algún momento he conocido a estas personas y no se han quemado en mi cortex ... hoy el día va a pasar más rápido que ayer, pero menos que mañana, y en cuanto me dé cuenta será viernes, y entonces vendrá la paz a mi vida, a mi casa, a mi mente y a mi cuerpo ... y el sábado volaremos, como en el lado oscuro del corazón; volaremos a un tacón ... a un tacón de aguja ... besos hipotensos ...