me gustaba contarte cómo se ponía el sol mientras lo veíamos... contarte también cómo nos daba el viento en la cara mientras nuestros pies se llenaban de arena... me apasionaba preguntarte de noche que qué eran esos ruídos... y hacerte mirar los bichos que íbamos encontrando por el camino... y escribir antes de dormir todo lo que había pasado ese día... me gustaba levantarme y doblar nuestros colchones y nuestras sábanas y apilarlos con todo lo demás en nuestro maletero con cortinas ralladas... me gustaba ver el camino delante del paraíso móvil universal... me gustaba demasiado pensar que ese sueño no iba a acabar nunca... me sigue gustando soñar... me ha gustado el sueño de esta noche... aunque ya mis pies no caminen al lado de otros...
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